Por Guadalupe Podestá Cordero
Fotos: Gabriela Carrizo
El Pueblo tiene extrañas costumbres, tales como, comer, vivir, incluso soñar.
Claro está que al gobierno esto le parece una abominación.
Que un pobre quiera vivir bien, poder pensar que mañana podrá comer o que llegada la tercera edad podrá vivir, pagarse medicamentos que necesita y pasear con los nietos a quienes quizá desee comprarles un helado, para la clase económicamente dominante, es una monstruosidad, por lo tanto, que un gobierno iniciara el camino de garantizarlas es demagogia de la más insultante. Para ellos la justicia social es demagogia en estado puro y duro. Para ellos los pobres nacen así y así deben quedarse, los jubilados no producen más, entonces no merecen participar del bienestar.
Para el desprevenido que no habita por estas tierras, lo que se relata en estas líneas no es, ni será ficción, hablamos de la dura realidad de 2017.
El capitalismo jamás fue inclusivo, puede ser menos salvaje, puede ser más tendiente a la equidad, pero cuando se libera un país al control del mercado los humanos de manos recursos dejan de importar, son los que "se caen del sistema" no entran en los números porque no cotizan en la bolsa.

Hay países que resuelven esto con guerras hacia afuera (Estados Unidos es el mejor ejemplo mandan a los más pobres a la guerra y listo) aquí la guerra se declara para adentro. Entonces las fuerzas de seguridad comienzan a comportarse como fuerzas de ocupación, reprimiendo, cazando y matando a sus propios coterráneos.
La tolerancia popular tiene un límite, cuando se trata de derechos y su anulación.
Frente al paisaje actual, en el que la familias "patricias" han recuperado el control del estado, como en el centenario, se busca llevar la realidad del país a instancias preperonistas, cercenando derechos en el área laboral, de salud, educativa y previsional.
La dictadura del '55 redujo la constitución del 49 a un artículo inserto en la constitución de 1853 (unitaria y liberal si las hay) dando por perdido todos los demás derechos consagrados en esa obra brillante del derecho de los pueblos. Y, como se ve que sintieron que se quedaban cortos, ahora quieren dar por tierra con lo que queda de derechos.
En ese marco se intentó ayer discutir la reforma previsional que implica una gran perdida, no sólo de derechos sino también de poder adquisitivo, esto no afecta solo a los jubilados, sino también a quienes reciben a AUH y a los Veteranos de Malvinas.

Es broma? Sacarle fondos a los más pobres? Si, eso pretenden, desfinanciar a quienes menos tienen. Ellos no le cobran a la renta financiera, no le cobran a los pules de siembra ni a las mineras, quieren cobrarle a los que no tienen. En esta realidad los ricos están a salvo de todo y los pobres pagan el pato de la fiesta, pero también pagan el remís de los comensales y al personal que los asiste.
Entonces el pueblo salió a la calle a decir "¡No!" y ellos, muy eficientes tenían preparada su guarda pretoriana, encarnación de Cancerbero. Al mediodía la bestia represiva descarga su furia sobre los manifestantes, sobre diputados que se encontraban en las calles junto al pueblo, contra fotógrafos y camarógrafos, en una orgía de gas pimienta y balas de goma que se extendió casi hasta las 20, ya que, aunque hacía horas que la sesión se había levantado -luego de intentar dar un cuorum ilegal y un inicio antirreglamentario e ilegítimo-se continuó una cacería por las calles de Congreso que dejó heridos y detenidos.
Los patrones de estancia que nos gobiernan quieren cumplirle a sus jefecitos del FMI lo que han pedido al pie de la letra, no importa llevarse puestas las leyes y el pueblo, ciegos en su furia destructiva no tiene calculado el costo de sus acciones.

Argentina termina el año con un indice de violencia social creciente, pero cuidado, la violencia la ejerce el poder de fuego del estado, como en los tiempos más terribles de la Argentina. Parece que a estos muchachos, cada tanto les da por armar nuevas Semanas Trágicas, nuevas Patagonias Rebeldes.
Como a los perros de caza, la sangre los tienta, porque son perversos, porque como psicópatas mientras ordenan la represión desatada por un lado hablan de diálogo y concordia por el otro.
Hoy los detenidos de ayer no han sido liberados -detenidos tomados al azar entre transeúntes- están a disposición de Bonadío, el peor de los jueces que hay en este suelo, conocido por su permanente falta de respeto a las garantías constitucionales y al debido proceso.
¿Qué será de nuestra amada Patria en manos de estos monos ebrios con don navajas en cada mano?
Tal vez en la unidad de la oposición de ayer esté la clave de la organización popular real, una organización que nos permita pararle la mano al abuso, al saqueo y al latrocinio de estos señoritos bien que quieren atar la vaca a la fuerza.

Nos toca a nosotros, al pueblo, saldar esta contienda, y si nuestros dirigentes son capaces de armar un frente de real oposición, si los que han hecho acuerdillos a espaldas del pueblo se dan cuenta de que, como decía Eliot Ness en los intocables, "el crimen no paga" y se unen en defensa del pueblo, si se ponen de pie juntos esto se frena, si no es así caminamos hacia la disolución de la república para volver a ser colonia absoluta.
Hay esperanzas? Si, las hay.
está en nosotros y en nuestra capacidad de hacer.
Nadie nos regala la liberación, porque es, en realidad, algo que construimos entre todos.
La Dignidad y la Patria no se negocian.