viernes, 26 de julio de 2019

A la Compañera Eva.

Por Guadalupe Podestá Cordero


 A veces uno pude darse el permiso de esquivar remanidas palabras, darse el permiso de desacralizarte y pensarte en términos de militancia.


Paradxs en esta realidad hostil, cruel como el más triste tango de Discepolo, miramos tus fotos, tu recuerdo como quien mira la esperanza de conseguir más sonrisas para el pueblo y menos farra para los poderosxs de siempre.

Los que dibujaron las infamias que enlutaron este suelo nos gobiernan por el voto, ya no elijen las botas, aunque las sigan empleando para apalear pobres y si es posible matar por la espalda. Con este marco, todo lo bueno parece tan lejano…

Amadísima compañera, no sabés lo duro de este tiempo, pero a pesar de ello, seguimos presentando pelea, como podemos, porque en esto no hay recetas.

Una vez dijiste que sobre las cenizas de los traidores construiríamos la patria de los humildes, pues te cuento que vamos a tener mucha ceniza, pero también debés saber que nadie se ha rendido.

No me interesa verte santa, prefiero verte terrenal, hablando altisonante y amorosa a la vez, apasionada y por ello compasiva y compañera. Los tules y los lujos para las recepciones, porque en la diaria había que romperse el lomo, en la fundación o recorriendo barrios, sindicatos, viendo dónde hace falta poner presente al estado.

Ay compañera, sé que velás por nosotros, pero también sé que te comerás cada amargura, viendo como las bestias neocoloniales destrozan todo, viendo como con sus formas y sus trajes, destruyen, como la marabunta al maizal, la vida de este pueblo.

Hoy, que se cumple un año más de tu ascenso a las míticas alturas reservadas a revolucionarxs y luchadorxs, no quiero recordarte con pena, ni como un ícono, ni como una santa, quiero recordarte como esa mujer fuerte que fuiste, esa mujer que encendida por el fuego de un ideal llevó a lo más alto el nombre de su pueblo, esa mujer, fuente inagotable de la lucha, que nunca se apagará y que como vos bien dijiste, el pueblo llama cariñosamente Evita.

martes, 23 de julio de 2019

Dónde...

Por Guadalupe Podestá Cordero

Dónde está Germán, dónde sus hijas, dónde el grito convencido del militante o los ojos del escritor que delineaba la historia en historietas..

Cien años se cumplieron hoy, cien años deque naciera a la tierra para parir historias, para derramarse el alma en personajes que marcaron a miles.

Tanto ha pasado y seguimos queriendo saber dónde estás, cuál fue la mano que con saña asesina buscó desaparecerte en las entrañas de esa noche interminable del horror y borrar tu simiente llevándose a tus hijas.

Los que sostuvieron al accionar de la cruenta y horrorosa mano hoy ejercen el poder, entonces olvidan recordarte y saludarte, aunque mejor sería que elles no recuerden tu nombre, ya que en sus bocas perdería estatura y honor. Porque todo lo que nombran lo manchan.

Otra vez tu pueblo sumido en el hambre y en la lucha interna, otra vez desocupación e infamia, otra vez las sombras se ciernen sobre nosotros y aquí luchando con otras herramientas, pero luchando, llevamos en nuestras mochilas a Juan Salvo, a Pike, a Kirck, releemos al Che escrito por tus manos, y a Eva magistralmente retratada, nos impulsa la memoria de los nuestrxs, lxs que caminaban a tu lado, lxs que luchaban codo a codo con ellas y con vos.

Estás y no, porque nunca nos dijeron a dónde, qué fue de ustedes...

Grito helado que recorre subterráneamente una memoria que buscan ocultar y no lo logran, porque como las nomeolvides florece aún en las grietas de los muros y asfaltos.

Como cada año, cómo cada vez... Dónde quiera que estés un saludo de cumpleaños y un abrazo que atraviese el cosmos.