Gracias Tabby por presentarme a Nazareno, a Moreira y a Leonardo Favio a través de ellos.
En esta calurosa tarde, entre pájaros que cantan, decidió
remontar vuelo en busca de nuevos cuadros, de nuevos lugares, de historias para
narrar en el cosmos.
Triste el corazón no puede evitar recordar la frase de su
Moreira “…con este sol…”
Se fue para seguir estando, se fue más nacional y popular
que ninguno.
Con sus contradicciones humanas, con el ojo de ver la dura
realidad poéticamente a través de la lente infinita.
Se lleva en el alma el amor de los miles, el recuerdo
sentido de esos, que en una ráfaga de film, se vieron reflejados.
En las luchas del Moreira, en el dolor y el amor de
Nazareno, en la jugada extraña de Gatica, historias de quien cuerpéandole a la
muerte se funden en mezcla de admiración y ternura.
Será que nos quedan los largos planos de sus películas,
hechas con la dedicación de quien pinta al óleo las visiones hiperrealistas del
pueblo y sus avatares.
Lo alcanzó la sinfonía para más sentimientos poderosos.
Aniceto hoy no baila, el niño sólo decidió nadar entre
estrellas…
Adiós no compañero…
Hasta siempre…
Guadalupe Podestá Cordero
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