martes, 27 de septiembre de 2016

Violentos

Por Guadalupe Podestá Cordero

Dicen que son tiempos violentos los nuestros, lo dicen y lo muestran. Lo muestran hasta el hartazgo… pero ¿qué muestran? ¿Muestran toda la violencia o sólo la conveniente? Esta semana, en Lanús murió un albañil por los golpes de policías que lo querían arrestar por averiguación de antecedentes (cosa que no pasaba hace mucho) la decisión de la detención fue arbitraria, la policía de Grindetti, el intendente de los Panamá Papers, arresta obreros no evasores.
Pero eso no lo ves. Como no ves a los artesanos que en Tigre recibieron amenazas de la policía local, más precisamente “los vamos a hacer desaparecer” fue lo que escucharon mientras eran corridos del lugar donde exponían.
Resultado de imagen para criminalización de la protestaClaro, estas muestras de violencia no son nuevas, pero, corre en segundo plano una sensación de que estos muchachos están descontrolados desde que la ministra de seguridad de la nación arresta tuiteros, secuestra barriles de droga que ya estaban en custodia para su incineración y anuncia la captura de un terrorista sirio libanés que no era terrorista ni sirio libanés.
Por momentos la sensación de retroceso es muy fuerte, lo más duro es que el retroceso se enmarca en una mezcla entre los noventa y los treinta. Y es demasiado pesado para el hígado de cualquiera.
En Jujuy, la violencia institucional contra los militantes es insoportable, lo peor es que se ven a leguas las intenciones, el reyezuelo Morales quiere todo para la corona y la corona es él. Persigue, arresta e incomunica a gusto, desoyendo voces internas y externas. Incauta, destroza, empobrece, envilece sin cansarse. Pero es lógico cuando observamos el lineamiento de acción en el escenario nacional.
Podríamos decir que lo más vil es llevar la desocupación a dos dígitos después de 9 meses de destrucción del empleo, pero no. El modelo del bufón imperial, es factible, sólo con sangre, para lo cual es necesaria la militarización de la sociedad. Volvemos al viejo esquema de crear un problema para ofrecer una solución y desde allí construir poder a partir del miedo.
Resultado de imagen para linchamientosEntonces te inventan lo de Zárate, donde ellos mismos generaron el caldo de cultivo de la inseguridad que denuncian los vecinos. Y, como a estos muchachines no les gusta ensuciarse las manos, avalan los linchamientos y las venganzas (le dicen “justicia por mano propia” pero no lo es) para que, parafraseando al ministro de ascienda, “el trabajo sucio”  sea hecho por los vecinos.
En este marco caótico nos siguen mostrando elefantes mientras se roban el país. En muchos casos, esas actitudes indignantes que llevan a cabo, están creadas para que no miremos lo que ocurre en realidad, entonces nos detenemos en la espantosa nulidad discursiva del presidente cuando en realidad están matando trabajadores.
En Neuquén con el delegado de UPCN que recibió un tiro y sólo se habló un ratito.
Tampoco te muestran las fundaciones truchas que le bancaron la campaña al niño pro, ni te muestran los negocios espantosos de la importación mientras nuestras industrias y marcos productivos se caen a pedazos, muchachos, Argentina importa queso… si queso… mientras cierran los tambos.
Claro que los voceros del “Plan B” Massa, piden créditos blandos para PYMES, que no se podrán pagar, porque sin mercado interno donde colocar la producción, no hay ganancia y con pasivos no saldás un crédito.
Resultado de imagen para criminalización de la protestaA veces da la sensación de estar viendo una parodia de desaciertos, como si fueran gags constantes, pero el problema reside en que, como diría Serrat, juegan con cosas que no tienen remedio, si, entre ellos y nosotros, hay algo personal.
Y atentos, que no sólo buscan robar dinero, quieren robar símbolos del pueblo. Ahora intentan engullir al justicialismo (y convengamos que hay esbirros que se hacen pis si un oligarca les sonríe) quieren armar PJ Cambiemos, algo que sólo puede comprenderse desde la náusea lisérgica. “Si Evita viviera…” dice un amigo, y yo pienso, si Evita viviera los mata a patadas, ni siquiera los fusila para no gastar balas en semejantes payasos.
No, no somos violentos, ellos siembran la violencia.
La oligarquía y sus asquerosos sirvientes siempre se valieron de la ignorancia y de la pobreza ideológica, la falta de sustentación y la tergiversación de conceptos.
Ellos sólo entienden la militancia parasitaria y nunca comprenderán el compromiso con la historia.
Si nosotros somos la barbarie ellos son los personeros del demonio.
Todo lo destruyen, lo demostró el ministro de “Educación” Bullritch, al elevar al lugar de epopeya la “campaña al desierto”, acto genocida de amplias dimensiones. Bueno, pero conste, que meses antes dijo que “Soy Roca” era su libro de cabecera. Si la vida de Roca es su Libro de cabecera ¿cuál será su sonido preferido no? Dejen pensar… si, las bombas sobre Plaza de Mayo.
Para el gobierno actual y su clase aplaudidora, los violentos son los otros, es decir los que se niegan a sufrir la violencia de la exclusión y la miseria, los que se niegan a que sus vidas sean variables del ajuste. 
No estamos diciendo aquí, que los delincuentes no son violentos, lo son, pero son hijos de una violencia mayor (eso no busca disculparlos, sino ponernos en perspectiva). La violencia ejercida por el delincuente no puede ser castigada por la violencia de la víctima, debe ser condenada por los entes jurídicos de la nación, lo penal nace como una forma de regular la fuerza vindicadora frente a una falta, porque, digamos,  si me robás la billetera y yo te mato no hay principio de justicia en ello, aunque el actual presidente diga que los linchadores son gente sana (y entre nosotros, no lo son)
El gran problema es que nos encontramos ante una personificación del estado en la que se criminaliza la protesta al punto de elaborarse un protocolo antipiquetes, como si las personas armasen piquetes por diversión.
Para los sembradores de violencia, todos somos peligrosos, trabajadores, estudiantes, artistas… da igual, el pueblo llano es peligroso y puede ser criminalizado. A los ojos de los personeros del poder es equiparable, el pueblo trabajador en lucha con los delincuentes, a la hora de decidir lo represivo.

En este marco nuestra tarea es desandar el galimatías que han armado, a nosotros nos toca proteger a nuestro pueblo haciendo conciencia activa, reforzando las redes que se tejen desde los afectos, volver al espíritu comunitario para que nadie pueda caer en las garras de los hacedores de delincuentes.

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