Entrevista realizada a la periodista y escritora Stella
Calloni quien a través de un relato muy personal define y caracteriza lo que se
da en llamar “las guerras de cuarta generación”, una estrategia establecida por
distintos actores del imperio para desestabilizar gobiernos populares, hundir
sociedades en una profunda precariedad de valores, corromper la conciencia
identitaria de los pueblos. Los que
manejan las distintas formas de expresión, difusión, formación de criterio,
medios de información y culturales, quienes a través de la demonización de la
imagen de los que luchan por construir otra realidad política y social
sean considerados como enemigos por una
parte de la población, la población adiestrada. Esa franja que se dejó
convencer que la política es corrupta, la proscribió de su criterio de análisis
y dio un sesgo limitado a la crítica que posibilita políticas integradoras y la
construcción de un Estado presente y distributivo donde los derechos y el bien
vivir sean una continua realidad.
Susana De Luca.
Argentina y
la Guardia Nacional de Georgia
Juan Gabriel Tokatlian
Tal como ha ocurrido con varios asuntos de la defensa
ligados a las relaciones internacionales de la Argentina, el gobierno de
Cambiemos ha optado, otra vez, por el sigilo y la opacidad. Pero a diferencia
de otras cuestiones—por ejemplo el eventual envío de militares a misiones de
Naciones Unidas en África—ahora hay un hecho consumado: el 13 de diciembre de
2016 se firmó un acuerdo, no un tratado, entre el Ministerio de Defensa
argentino y la Guardia Nacional del estado de Georgia de Estados Unidos.
El tema es delicado y merece analizarse. El denominado
National Guard State Partnership Program (SPP) se enmarca en los llamados
Security Cooperation Programs del Departamento de Defensa estadounidense. El
papel del Departamento de Estado en este programa es menor. De hecho, hay que
localizar este tipo de iniciativas en el marco más amplio del debilitamiento
del tacto diplomático y el auge del músculo militar en la política exterior
estadounidense desde el fin de la Guerra Fría. El origen del SPP se remonta al
comienzo de la Posguerra Fría y su propósito era brindar asistencia y
entrenamiento, mediante convenios entre distintas guardias nacionales
estaduales y las ex repúblicas que fueron parte de la Unión Soviética. Como
bien señala un informe de la Oficina de Auditoria estadounidense de 2012
(“State Partnership Program: Improved Oversight, Guidance, and Training Needed
for National Guard’s Efforts with Foreig Partners”), en el contexto de 1992-93
se optó por involucrar a las guardias nacionales estaduales pues ello resultaba
“menos provocador” hacia Rusia que la presencia de “militares propiamente
dichos” en naciones de su otrora área de influencia.
El SPP fue evolucionando, creciendo y diversificándose. En
la actualidad hay acuerdos de distintas guardias nacionales con más de 70
países; la mayoría de ellos—23—con las naciones bajo la órbita del Comando
Sur. Como indicara en marzo de 2015 el entonces Comandante del
USSOUTHCOM y hoy designado por el Presidente Donald Trump en el cargo de
Secretario del Departamento de Seguridad Nacional, general John Kelly, el SPP
es un programa de “gran impacto y bajo costo”. Cabe aclarar que Brasil no ha
firmado hasta el momento este tipo de compromiso.
En su comienzo, en los noventa, la asistencia provista por
las guardias nacionales se destinó a instruir a las fuerzas armadas de varios
países de la antigua URSS en temas tales como las relaciones cívico-militares y
el aporte para eventuales misiones de paz. De acuerdo con la información del
National Guard
(http://www.nationalguard.mil/Leadership/Joint-Staff/J-5/International-Affairs-Division/State-Partnership-Program/)
entre los beneficios que brindan hoy estos acuerdos está el mejoramiento de las
“capacidades militares de espectro completo” tales como la “respuesta a
desastres”, la “seguridad en las fronteras, los puertos y la aviación”, y las
tareas “contra el tráfico de narcóticos”.
En años recientes, efectivos de las guardias nacionales han
participado en situaciones de conflicto en los Balcanes y en grandes guerras
como Irak y Afganistán. En ese contexto, y ante lo que los especialistas
estadounidenses identifican como el incremento de las “amenazas asimétricas”
(terrorismo, criminalidad transnacional, etc.) y los “conflictos híbridos” (que
involucran actores estatales y no estatales que recurren a la ciberguerra), han
surgido voces que procuran asignarle un papel más importante a las guardias
nacionales en el marco del Departamento de Seguridad Nacional y en la política
internacional estadounidense. Así, en la plataforma electoral del partido
Republicano en 2016 titulada “Estados Unidos Resurgente” se destaca que desde
septiembre de 2001 las guardias nacionales se han transformado de “una reserva
estratégica en una fuerza de combate operacional completamente integrada”. En
esa dirección, y para “evitar una sobre-extensión de los militares” el programa
del partido triunfador en las últimas elecciones propone una “mayor fuerza
activa” reforzando legislativa y presupuestariamente a las National Guards. En
breve, todo lo anterior apunta a una nueva readecuación del rol de esas
guardias en la política interna de seguridad y de defensa externa de Estados
Unidos. Ahora, como lo fue en los noventas en otra coyuntura, el argumento es
similar: bajar relativamente el perfil de involucramiento de las fuerzas
armadas estadounidenses en ciertas tareas militares en el exterior y elevar la
participación de las guardias nacionales en cuestiones en las que se borran los
linderos entre seguridad y defensa.
El “agreement” argentino-estadounidense respecto a la
National Guard de Georgia es sumamente escueto y vago. Es importante que el
Congreso de la Nación realice audiencias para conocer en detalle a qué se
compromete el país con este acuerdo. No es un tratado y no debe ser ratificado
por el legislativo, pero sí es un compromiso político-militar que exige
estudiarse, debatirse y aclararse.
Profesor plenario de
la Universidad Torcuato Di Tella.
Comando Sur
de EEUU combate al «populismo radical» en América Latina.
Por Altercom, P. José Mullighan S.J.
En estos años las Fuerzas Armadas de los EE.UU. están
definiendo explícitamente el «populismo radical» como una nueva amenaza a sus
intereses. De hecho, Washington ha luchado por muchas décadas contra las
"amenazas" de movimientos socialistas y nacionalistas bajo el
pretexto de la Guerra Fría y la Seguridad Nacional. Pero ahora los militares y
la CIA hablan más francamente y claramente sobre sus propósitos.
Gral. James T. Hill ante el Congreso estadounidense.
El 24 de marzo del 2004, en testimonio ante el Comité de
Servicios Armados de la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense,
el Gral. James T. Hill, Jefe del Comando Sur (el mando basado en Florida y
’responsable’ de América Latina), explicó:
"Nos enfrentamos a dos tipos principales de amenazas en
la región: un conjunto establecido de amenazas descrito detalladamente en años
anteriores, y un conjunto naciente que probablemente levanta cuestiones serias
durante este año".
Las amenazas "tradicionales" son "de los
narcoterroristas y sus semejantes; una amenaza creciente al orden y a la ley en
naciones socias de pandillas urbanas y otros grupos ilegales armados, que son
generalmente ligadas también al comercio de drogas; y una amenaza menor pero
sofisticada de grupos radicales islámicos en la región".
Luego especificó: "Los que apoyan a los grupos
radicales islámicos, desde el Caribe al área de la Triple Frontera de Paraguay,
Argentina y Brasil, llevan a cabo actividades para recaudar fondos".
Mientras estas amenazas persisten, según el Gen. Hill,
"se les complementa ahora una amenaza emergente mejor descrita como el
populismo radical, en que el proceso democrático es socavado para disminuir más
que proteger los derechos individuales.
Algunos líderes en la región están sacando provecho de las
frustraciones profundas derivadas del fracaso de las reformas democráticas en
hacer llegar los bienes y servicios anticipados. Utilizando estas
frustraciones, que se dan concurrentemente con las frustraciones causadas por
la inequidad social y económica, los líderes pueden al mismo tiempo reforzar
sus posiciones radicales inflamando el sentimiento anti-estadounidense.
Además, otros actores buscan socavar los intereses de los
EEUU en la región apoyando estos movimientos".
La CIA también reconoce el fracaso del modelo económico
imperante en estos años y el peligro de las resultantes frustraciones.
Según Antonia Juhasz en su nuevo libro, "The Bush
Agenda — Invading the World, One Economy at a Time" , cada 5 años la
CIA hace un estudio para predecir las amenazas más serias a la seguridad de los
EEUU para 15 años en el futuro.
El informe del 2000 dijo:
"La marea creciente de la economía mundial creará
muchos ganadores económicos, pero no levantará todos los barcos...
Resultará en conflictos aquí en EE.UU. y en el exterior,
asegurando una brecha aún más ancha entre ganadores y perdedores regionales que
la que existe hoy...
Regiones, países, y grupos que se sienten abandonados en el
atraso van a enfrentar un estancamiento económico, inestabilidad política, y
alienación cultural que se profundizan. Van a alentar el extremismo político,
étnico, ideológico, y religioso!, junto con la violencia que frecuentemente lo
acompaña." Juhasz presenta también un estudio más reciente de la CIA,
publicado en 2005.
Predice que las características significativas del mundo del
2020 probablemente incluirán "un sentido más extenso de la inseguridad,
incluyendo el terrorismo...
Los beneficios de la globalización no serán globales...
Aún en países ganadores persistirán grandes áreas de
pobreza...
La brecha entre los que tienen y los que no tienen ampliarán...
La globalización sacudirá profundamente el statu quo —
generando enormes convulsiones económicas, culturales, y consecuentemente
políticas."
Concluye el estudio:
"Los factores claves que produjeron el terrorismo
internacional no muestran indicios de disminuir durante los próximos 15
años."
La estrategia militar de los EEUU responde a esta situación
socio-económica y política, siempre protegiendo sus propios intereses.
Así concluyó el Gen. Hill:
"Estoy orgulloso del esfuerzo hecho por los hombres y
mujeres del Comando Sur durante el año pasado. Han sido capaces de proteger
nuestros intereses en al área de responsabilidad mientras la atención de la
nación estaba enfocada en otro lugar...
Estos éxitos, sin embargo, tal vez no sean suficientes para
parar el crecimiento del populismo radical y de la insatisfacción popular en
algunos países donde las reformas han fracasado en solucionar los ayes (woes,
miserias. Nota del autor) sociales y económicos subyacentes...."
Termina con la promesa de "continuar trabajando
diligentemente" para mejorar "la seguridad, y resultante salud
económica y social, de todas las Américas..."
La referencia obligatoria al mejoramiento de las condiciones
de vida se contradice por el testimonio dado por el mismo General.
Agradeciendo al Comité del Congreso por su apoyo al Comando
Sur, el general describe su obra como "una buena inversión de sus dólares
y de su confianza."
Podríamos observar, de hecho, que el Comando Sur pretende
ser una "inversión" en un futuro hemisférico que sea un paraíso para
las Corporaciones multinacionales, principalmente las de los EEUU.
A nivel mundial, la política económico-militar de los EEUU
se define en el documento oficial, «Estrategia de Seguridad Nacional de los
Estados Unidos de América» (septiembre de 2002), que afirma: "Vamos a
trabajar activamente para hacer llegar la esperanza de la democracia,
desarrollo, mercados libres, y comercio libre a cada rincón del mundo."
Juhasz y otras personas describen esta cruzada moderna a
imponer mercados libres, comercio libre, privatización, etc., como la
"militarización de la globalización" , especialmente evidente en el
gobierno de Bush.
Las alianzas y "ayuda" militar de EEUU a otros
países sirven para esta finalidad, y van fortaleciéndose, según el Gral. Hill:
"Estas amenazas tradicionales y emergentes se dan en
estados en la región marcados generalmente por instituciones débiles y
economías en lucha. Esta resultante fragilidad del control estatal puede
desembocar en lugares y pueblos mal gobernados o sin gobierno, corrupción, y
clientelismo...
Debemos mantener y ampliar nuestros contactos de sistema
militar a sistema militar como un medio para institucionalizar irrevocablemente
el profesionalismo de los sistemas militares con que hemos trabajado tan
estrechamente durante las últimas décadas.
Estamos ayudando a los esfuerzos de nuestras naciones socias
a dirigirse a estas amenazas y a los actores estructurales subyacentes...
Esta región del mundo ... requiere de una atención creciente
en el año venidero...
El sentimiento anti-EEUU también inquieta a nuestras
naciones socias, pues líderes electos tienen que tomar en cuenta los puntos de
vista a veces muy fuertemente vocalizados de sus constituyentes...
Vamos a mantener la vigilancia.
Vamos a... promover una creciente cooperación en
seguridad."
Para muchos, la obligación de los líderes a escuchar a sus
electores es un aspecto positivo de la democracia, aunque sea preocupante para
el Comando Sur.
Declaraciones del comandante de las Escuela de las Américas.
Para los líderes militares de los EEUU, la "cooperación
en seguridad" quiere decir apoyo activo a la política exterior de
Washington.
El Coronel Roy R. Trumble, Comandante saliente de la Escuela
de las Américas del Ejército de EEUU, en su discurso durante el cambio del
mando, 17 de julio de 1998, dijo:
"Esta organización (la Escuela de las Américas) ha sido
el eje para la estrategia militar de EEUU en América Latina por más de 50 años.
Hemos ayudado al Comando Sur a vencer el fascismo en la era después de la
Segunda Guerra Mundial; luego ayudamos a vencer a las insurgencias comunistas
ampliamente difundidas de Castro; y ahora estamos ayudando a parar el flujo de
drogas a nuestro país..."
No sabemos qué dominio tiene este Coronel de la historia de
su propio país, o qué perspectiva histórica se enseña en su Escuela: ¡la verdad
es que Washington ha apoyado los golpes y dictaduras fascistas por más de 50
años!
Su interpretación de la guerra en El Salvador sorprendería
mucho a los combatientes salvadoreños de ambos lados, pero revela su propio
punto de vista y tal vez el de muchos en Washington:
"En América Central 20,000 salvadoreños entregaron sus
vidas porque los EEUU les pidieron luchar contra la insurgencia apoyada por
Castro. Enviamos a 5.500 asesores y entrenadores allá para ayudar a ganar este
importante capítulo en la Guerra Fría...
En el fondo se reduce a esto: ¿vamos a mantener nuestro
compromiso con los soldados estadounidenses que cumplieron su deber
honradamente allá y con los soldados latinoamericanos que llevaron a cabo los
objetivos de nuestra política exterior? No voy a olvidarme de los 20 hombres
buenos de mi batallón, ni los 21 que murieron en El Salvador, ni los hombres y
mujeres [graduados] de la Escuela de las Américas que llevaron a cabo la
política exterior de los EEUU".
Venezuela.
En su testimonio ante el Comité del Congreso estadounidense,
el Gral. Hill observó:
"Venezuela sigue siendo una nación rica en petróleo que
provee un 13% del petróleo importado a los EEUU. La situación política
doméstica sigue siendo extremadamente compleja, y las perspectivas del
referendo presidencial (recall) están todavía en considerable duda.
La sociedad venezolana está profundamente polarizada, y va a
seguir así mientras el gobierno de Venezuela continúa en un camino autoritario.
Protestas bien organizadas en las calles, con cientos de
miles de participantes, se dieron frecuentemente durante el año pasado."
Casi dijo ’gracias a Dios’ por la alegada polarización y las
protestas "bien organizadas".
América Central.
Por otro lado, "gobierno democrático sigue siendo el
modelo aceptado en América Central y la región y es generalmente
pro-estadounidense", según el General.
Para él y sus colegas, el apoyo a los EEUU es casi un
elemento esencial en la definición de un gobierno ’democrático’.
Sigue: "Los líderes centroamericanos han mostrado un
compromiso al comercio libre y economías abiertas, y además han empezado a
construir el fundamento para una mayor integración regional..."
Este compromiso en su política económica es lo que demanda
Hill, y sus Superiores, de todos los países del mundo — que practiquen la
"democracia del mercado libre", como solía decir el ex-Secretario de
Estado Gral. Colin Powell. Otro motivo de alegría para Hill en su informe es
que "Honduras, El Salvador, y Nicaragua enviaron tropas para apoyar la
Operación Libertad Iraquí. Las relaciones actuales con Nicaragua son un
testimonio del mejoramiento que se ha hecho en solo dos décadas por medio de
esfuerzos pacientes y cooperativos".
Los nicaragüenses tendrían mucha dificultad en entender como
pueden ser llamados "esfuerzos pacientes y cooperativos" la agresión
política, económica, y militar del gobierno de Reagan contra Nicaragua durante
10 años contra el gobierno revolucionario Sandinista.
"Además,-continúa Hill- El Salvador provee al Comando
Sur el uso del Aeropuerto Comalapa como Lugar de Cooperación en Seguridad para
los esfuerzos de contra-tráfico en toda Centroamérica, el Pacífico oriental, y
el Caribe occidental. En Honduras la Fuerza Conjunta de Tarea Bravo sigue
proveyendo una base de apoyo logístico a las misiones críticas humanitarias de
la región y también para combatir operaciones de traficantes ilícitos".
Plan Colombia
En agosto del 2006 el Comandante de la Base militar
estadounidense de Manta, Ecuador, dijo (provocando protestas de los
ecuatorianos) que esta Base sirve los fines del Plan Colombia — la operación de
EE.UU. contra no solamente los narcotraficantes, sino también contra la
guerrilla revolucionaria.
Hill solicitó un aumento en el personal oficial en Colombia:
"Actualmente la presencia estadounidense en Colombia
está limitada a 400 militares y 400 contratistas...
El gobierno (de EE.UU.) ha solicitado (al Congreso) un
aumento a un límite de 800 militares y 600 contratistas civiles en Colombia en
apoyo al Plan Colombia".
En resumen, Hill terminó diciendo:
"Las actividades del Comando Sur en cooperación para la
Seguridad expanden la influencia de los EEUU, aseguran a amigos, y disuaden a
los adversarios potenciales".
Videos relacionados:
Entrevista y audio:Susana De Luca.
Recopilación periodística:Tabby Cordero.





No hay comentarios:
Publicar un comentario