Por Guadalupe Podestá Cordero
No estamos en un contexto usual. Ni siquiera en uno parecido a alguno que recordemos. La pandemia nos atravesó y nos estamos adaptando, aún, a este marco de realidad.
Estamos en un macrodesconcierto, porque es global, buscando darle orden, cierto orden al menos, a este caos. En el marco de un gobierno nacional, popular e inclusivo, tratamos de reconstruírnos luego de 4 años de destrozo intencional - Si, intencional, porque el gobierno anterior vino a hacer lo que hizo- y vienen los destrozadores seriales a generar más caos.
El accionar de la actual oposición es francamente destituyente, juegan al golpismo, generan el malestar y la crisis desde sus propaladoras del espanto.
Instan a sus seguidores a salir a la calle, sabiendo que la mayoría contraerá el virus, lo hacen calculando, porque con tal de generar daño mandan a su gente a la calle. Saben que así se saturará el sistema, entonces la mirada del gobierno deberá centrarse, solamente, en frenar los contagios y ver la forma, desesperadamente, de sanar a todos los pacientes. De esa forma no avanzarán los proyectos de Reordenamiento de la Justicia, ni el Aporte Único de las Grandes Fortunas, tampoco tendrá prensa la causa del espionaje M, que deja pegado a su jefe y a varias de sus estrellas.
Necesitan que el único gobierno popular de la región (sin contar Venezuela y México) caiga. Quieren que nos estrellemos.
Ellos aman que este suelo sea colonia, aman la desigualdad, así se aseguran mano de obra esclava. Hablan de libertades que esconden cadenas, su libertad es una libertad sin sindicatos, sin salud pública, sin educación pública, sin derechos, sin libertad.
Mienten y dañan, como lo han hecho históricamente. Nada les detiene en su avaro deseo de poseer sin tributar, acumular bienes y vidas para gastar a su gusto.
Lo destituyente está ahí, en esos que son perversamente tontos, maliciosamente mendaces, en eso que vemos ostentar su vagancia en la Costa Azul, o pasear su espantosa presencia de exministra ebria de poder sobre las fuerzas de seguridad, en la ex legisladora, agente de inteligencia y siempre denunciadora serial. Lo destituyente está en ex intendentes que fueron ministros del gobierno provincial anterior que presionan a personal municipal para asistir a marchas anticuarentena y antiderechos.
Lo rancio no se fue, los dinosaurios no desaparecen.
Hoy bloquean una sesión en el legislativo, siendo legisladores, para que no se traten leyes que sí son importantes. No quieren sesiones virtuales, pero pueden ser virtuales las de resto del mundo.
Son el espanto.
Lo destituyente está ahí y sólo nuestro fortalecimiento, nuestra fuerza y unidad como pueblo puede frenarlo.
Excelente compañera,aman libertades que esconden cadenas, más claro imposible
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