Sumir países en la miseria, causando la destrucción psíquica de su pueblo, parece haberse convertido en el objetivo de máxima del capitalismo. El dolor de los humanos, causado por lo macabro de su juego financiero, es para ellos simple costo marginal.
Para que el capitalismo salvaje fuese aceptado como única realidad posible, se trabajó incansablemente sobre los mecanismos de razonamiento de las personas y como resultado se ha aceptado mansamente que nos dominen empresas y bancos. Se ha aceptado el masoquismo como forma de vida y el sadismo como forma de administración de las naciones.
Aquí una película para pensar un rato sobre este tema y como se perfila, horriblemente, sobre nuestro territorio.
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