jueves, 28 de julio de 2016

Querido Hugo.

Por Guadalupe Podestá Cordero

Me hubiese gustado conocerte, cara a cara, digo. Charlar y construir la revolución junto a tantos compañeros.

Comandante, la primera vez que escuché de vos, no fue de la mejor manera, quién me hablaba contaba de un militar que había ganado elecciones pero que era un dictador, y, como te imaginarás, con la historia que tenemos, pareció factible. Entonces sobrevino el golpe. Y de purísima casualidad, alguien me mandó tus palabras por mail. Entonces entendí, te entendí.

También comprendí que nos fueron conectando a una macabra forma de comunicar, mintiendo porque cuando un gobernante pertenece al pueblo es, sin duda, maltratado por los medios y asediado por los intereses financieros concentrados, pero, claro, uno se olvida, porque hasta el 2003 no tuvimos presidentes parecidos a nosotros, desde Perón, no teníamos fronteras adentro, gobiernos del pueblo.

Sabés, compañero Hugo, aún recuerdo tus discursos, no me los perdía por nada, también te recuerdo bajo la lluvia en el cierre de tu última campaña, con el último hilo de vida, mirando sonriente al pueblo, jugándote para asegurar la revolución. Recuerdo que tu imagen recortada en las pantallas de Tele Sur (al que ya, salvo por internet, es prácticamente imposible ver) y las lágrimas de los que te mirábamos, porque tu discurso nos sonaba a despedida. La marea roja mirándote y cubriendo las calles, tu voz resonando en un “Aquí no se rinde Nadie”.

En una actualidad en la que la derecha avanza sin piedad machacando a nuestros pueblos, somos muchos los que te extrañamos. Tu pueblo te extraña más que ninguno, pero los demás nos sentimos bastante solos. La derecha tecnocrática y asesina persigue a nuestros líderes, como sabrás acechan a Evo y a Rafael, y por aquí ni te cuento.

Como las elecciones nacionales las ganó la “Patria Contratista” colaboracionista de las dictaduras y vaciadora de países, ahora nos gobiernan caranchos, sabés dónde quedó el peronismo ¿no? En el corazón del pueblo, porque de verdad que se han borrado.

Cada vez perdemos más derechos, más dignidad e incluso historia. Milagro está presa, Cristina perseguida con causas que inventan todas las mañanas, los libertadores de América fueron desalojados así como las mujeres, de la casa de gobierno. Cerradas las instituciones de historia revisionista y muchos centros culturales, nuestros comunicadores y artistas en listas negras. El renacimiento de la región entregado por el “niño rico” y sus amigos.

Te juro compañero, si vivieras y volvieras a recorrer la región, no la reconocerías y mucho menos a esta patria nuestra que te quiso tanto.

Pero, eso sí, muchos, muchos más que los que piensa la oligarquía, seguimos la lucha, desde nuestros lugares, como podemos, porque por más que se empeñe la derecha continental en separarnos seguimos hermanados los pueblos en una unidad que quema en las venas porque es lucha.

Compañero Hugo, se extraña tu fuerza y se extraña tu risa.

Disculpá que no te trate formalmente, pero, a los compañeros no se les debe condenar a la fría distancia del protocolo.

Querido compañero, sé que andarás viendo como movés los hilos con Nestor, con Perón, con Eva, con el Che, a ver si frenamos un poco a esta derecha maldita y nos liberamos de la colonia cultural, económica y política.

Por estos días se han vuelto a encontrar San Martín y Bolívar en Guayaquil, para ser vistos en cine, pero claro, les dan poco tiempo en las pantallas porque los que manejan la cultura por aquí son muy cosmopolitas para Europa y los yanquis, pero son menos latinoamericanos que la Torre Eiffel.

Si, compañero, se te extraña, como se extraña esa generación completa de presidentes que revivieron la idea de Patria Grande.

Tal vez nos cueste pero volveremos, volveremos con más fuerza, la derecha arrecia pero no es invencible, y nosotros sabemos que nuestra tarea es vencer por amor a nuestro pueblo y para recuperar la felicidad para los más humildes de nuestra tierra.


Venceremos querido compañero, venceremos.





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