lunes, 10 de abril de 2017

Palos

Por Guadalupe Podestá Cordero

Quiere salir el sol después de la lluvia, una lluvia que no lava la bronca del alma, muy al contrario… y aún no lo logra.

En estos parajes todo se ha tornado oscuro y violento, duro y rabioso. El sembrador de esta violencia oscura pendula tranquilo y casi alienado entre la quinta presidencial, su quinta propia y la Rosada.

Este gobierno que nos ha tocado en gracia, mediante el voto de los oligarcas y de un gran porcentaje de engañados y de monitos que sólo aspiran a llegar a gorilas –porque no tienen la prosapia de los macacos gigantes- repitiendo, como zombis, los argumentos del multimedio de los que pagaron la dictadura.

Represión venida de la mano de un ser bajo, cuyas facciones fueron deformadas por sus malos hábitos. Validada por un secretario de medios que juzga a sus contrarios con ojo lombrosiano, sin darse cuenta que si don Cesare lo viera, lo destinaría, merced a sus rasgos, a las tareas menores o simplemente al confinamiento, ya que su bovina mirada, no refleja inteligencia y su cráneo deforme no demuestra una gran evolución de la especie –aclaro que esto es según Lombroso, el autor elegido por el secretario de medios para hablar de sus adversarios-.

El acto terrible de la represión, puesta ya a funcionar el pasado jueves y con un antecedente directo en el final de la marcha de las mujeres, siempre fue pedido por el núcleo duro de votantes del macrismo y convalidado por un falso progresismo hipócrita que habla de derechos sin siquiera conocerlos y todo esto canalizado en la figura presidencial y su hato de secuaces (no podemos hablar de gabinete, porque en realidad nos encontramos frente a una estudiantina clase alta compuesta de sádicos, cínicos y perversos)

Aunque sus medios adeptos –en algún caso más jefes que otra cosa- quieran hablar de “desalojos” lo que hicieron en todos los casos es represión y con un marcado índice creciente de violencia contra el pueblo.

Las imágenes de la represión de anoche, dejaban ver el nivel de abuso. Según los maestros detenidos, la policía federal permitió el armado de la estructura, pero fue la metropolitana –Oh sorpresa!!! Pero que casual!! La patota del Fino Palacios y de Montenegro, los hijitos de la UCEP que quemaba colchones de las familias en situación de calle- la que avanzó reprimiendo con palazos y gas pimienta, tirando maestros de la estructura para aplastarlos en el piso y arrastrarlos a los móviles.

La canallada alcanza su paroxismo cuando los acusan de hurto y lesiones ¡Si, a los que recibieron palos y gas, a los maestros, los acusaron de hurto!!!! ¿Increíble? No. Estos tipos llevaban doce años, los doce años en los que no se reprimió (y no me vengan con el día que sacaron a De Angeli de la ruta, que más suave no se podía ser con un lockaut patronal) juntando ganas de darle palos al pueblo. 
Ahora, con permiso, están desbocados. Claro está que ninguno de ellos ha leído sobre el derecho de protesta que rige cuando la constitución está vigente, por ejemplo… ahora.

Está bien, convengamos, que esto cada vez tiene más visos de dictadura que de estado de derecho, por dos razones simples y explicadas hasta el hartazgo: No saben gobernar, para este hato de ignaros, llegar al gobierno fue de chiripa, no saben administrar, son brutos como patrón de estancia. Por otro lado, estos modelos solo se imponen con disciplinamiento social por terror, es decir sólo se imponen con represión.

Ahora bien, esta mañana, Santilli informa que autorizan la instalación de la “Escuela Itinerante” que impidieron ayer, mediante represión. Claro, como ellos son a prueba y error… todos les criticaron los palos (salvo los succionadores de calcetines que juegan a periodistas en los grandes medios) entonces retroceden en chancletas y dan permiso de protestar… bueh…

Argentina no puede volver a permitir un gobierno con palos, amedrentamiento, hambre, exclusión y demás calamidades, porque ya las pasamos. Nadie, en su sano juicio elige que le arruinen la vida, y estos arruinan todo lo que tocan, son la peor versión de Midas, porque en vez de convertir todo en oro lo convierten en mierda (si, escribí mierda y no me sonrojé, jajajaja) Este gobierno no se conformó con lo mejor de cada casa, sino con el pato criollo de cada familia.

Y es al pueblo mismo al que, elecciones mediante, le toca ponerles freno a los niños consentidos que nos gobiernan.


Porque no somos ni golpistas ni destituyentes, para eso ya están ellos, que de tumbar gobiernos saben desde el año treinta. 



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