Esta mañana, conversando entre mate y mate, mi madre me dijo, con pesar en la mirada, "son tiempos crueles". Lo son, ciertamente.
Vivimos una etapa de ignominia y malignidad expresa. Donde quienes ejercen el poder demuestran con una mendacidad total, que lo que no pueden controlar con terror, lo compran. Donde hablan de corrupción los lavadores seriales, un tiempo en el que la catadura moral la imponen los que históricamente carecen de ella.Es, en resumidas cuentas, la versión macabra de la canción "El Reino del Revés". Un reino del revés totalmente real, tangible, dolorosamente transitable.
La actualidad se desnuda ante nuestra mirada como la fantasía lisérgica del niño bien, patrón de estancia, heredero del señor feudal -dueño de vidas y bienes- que muestra todo su desprecio por la humanidad que respira fuera de las élites de poder.
Llegan a la administración pública, a los altos cargos, ignorando absolutamente todo acerca del área en la que son nombrados y frente a las bestialidades más notorias gritan "¿Perdón?! Me equivoqué, estoy aprendiendo" mientras siguen agrandando agujeros y encharcando canchas. Es, entonces, comprobable que, aunque tu padre invierta millones en el colegio más caro, igual podés ser una bestia a toda prueba. En las clases altas la ignorancia es una elección de vida.
Tiempos crueles y duros los nuestros, tiempos en los que aquellos que van a pasar hambre votan al hambreador, tiempos donde el explotado admira al explotador y pone su cansada espalda a disposición del látigo cruel y es más, en el cúmulo de su dolor, pide más golpes, más fuerza y dice entre lágrimas "Es por nuestro bien".
Frente al proceso esquizofrenizante que vivimos, la única opción de salud, es la resistencia. Resistir desde todos los frentes, con acciones pacíficas pero contundentes. resistir generando discusión y conciencia, resistir enarbolando los símbolos y las ideas.
Resistir frente al idiota que te dice "te ganó la ideología" "estás politizado" diciendo -Sí, porque la ideología es la columna vertebral del proceso de pensamiento en los seres humanos-
Es nuestro deber resistir y accionar, porque si nos quedamos quietos, observando el baile de la decadencia de estos zombies modernos, avanzarán pauperizando y destruyendo todo lo benéfico que encuentren a su paso. Resistir para que la Patria no se disuelva entre créditos y vaciamientos, resistir para no volver al estatus colonial del que San Martín, junto a tantas brillantes personas, intentó sacarnos.
Debemos resistir y avanzar, ganar cada pequeño espacio para fortalecernos. no nos queda más. Dar la lucha para no morir en el intento.

Excelente! Muy, pero muy bueno!
ResponderEliminarGracias!
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