Diego, ningún rincón por muy lejano e
impenetrable que sea desconoce el sonido del nombre de esta divinidad que surgió del
bajo fondo donde el barro se subleva, donde los Nadies sueñan con ser los
dueños de las pulgas o de esas lluviecitas que nunca caen para bendecirlos con
el merecimiento de la vida o de ser. Diego ese mantra eterno que nos conecta en
un continuo con la gloria y la felicidad de gozar de la grandeza arrebatada por
el enemigo y conquistada en una caricia al balón que dejo al tirano imperial de
garpe para toda la historia, su estrella es nuestra y nos hace grandes en su
grandeza.
Como parte de un pueblo proscripto en un eterno destino de
patio trasero, resurgido en luchas eternas y tantas victorias. Diego, él ama a
quienes postergados en la esclavitud un día
se ponen de pie, así con la insolencia que solo da la tanta necesidad de romper
las cadenas que nos hunden en la pobreza para que unos pocos señores feudales
tengan el poder del dinero y de las vidas, mezquinos y sedientos de sangre del
pueblo. Él se reconoce en los líderes populares esos que nuestros criollos y
mestizos acompañaban hasta en las luchas más desiguales, a los que denominaban Padrecitos.
Esos líderes que solo las oligarquías rancias de antigüedad y fetidez de
muertes odian más allá de toda razón, bendiciendo al cáncer, animalizándolos
por el sentido que tienen surgido en el criterio de equidad, demonizando el carácter
que pone límite al atropello hacia sus pares.
La adversidad recibió de él un cachetazo
inesperado ya que tenía la certeza que su plan de dominar con el adiestramiento
basado en las armas, la cruz y la cultura de terrorismo dominante había arraigado
lo suficiente. Pero él, EL Diego, con el hartazgo de miles resumido en una
bofetada sublime y reivindicatoria de
pueblos luchadores que renacían. El se cargó en su espalda a los humillados en
la vida, a los bombardeados-fusilados-muertos y desaparecidos del mundo y la
historia, con esa mano Divina nacida del basta!! Nos selló un destino de
victoria para siempre.Lleno de alegría y esperanza marco el rumbo
revolucionario e irreverente para que el pueblo continúe la lucha. Diego resume
los valores de un guerrero templado en la lucha tan desigual como injusta y
globalizada que nos plantea a todos por igual este sistema corruptor, hipócrita,
con morales que solo se establecen para que los ladrones del poder tengan pista
libre en su continua expoliación de territorios, cuerpos y almas.
No son casuales sus elecciones, construido en una realidad
de imposibilidades, de negaciones ciertas, la novedad son los logros y esa
fuerza potenció su actitud de vida. Actitud que le da autoridad para despreciar
a los que detesta por cipayos o tiranos entregacionistas, u ofreciéndose
incondicionalmente como caballero que rinde su espada a quien defiende las causas
que levanten las banderas de justicia social, dignidad y soberanía para el
pueblo y su tierra.

No me canso de ver a los proscriptos de las
posibilidades, los miles de Diegos surgidos por su ejemplo de villero insolente
que se permitió ser arquetipo redentor de luchadores, subiendo al escenario de
la vida gracias a un Estado presente que durante doce años le dio las manos y
los saco de destinos humillantes de Nadies, Ni-nis, vagos, clientelistas,
planeros lugar que no le corresponde a ningún
habitante de lo que los esclavista de siempre denominan tercer mundo.

Es su mundo en emergencia, bajo un sistema
que se hunde en un embudo que va del capitalismo colonial al neoliberalismo
forjado en la patria financiera, en donde cualquier expresión que surja de su
proyecto siempre nos deja en el peor y más criminal destino. Esos países tercermundistas
que se resignifican en emergentes hacia
el bien vivir de sus habitantes. Estos son los motivos por los cuales los líderes
que se legitiman en la gratitud del pueblo que renace en derechos y dignidades, son protagonistas de su amistad.
Son estos líderes, Diegos también, forjados en el
mismo fuego, los que extienden la mano de la oportunidad invirtiendo en formación,
cultura, ciencia, trabajo para todos, sin considerar límites geográficos, económicos
o sociales, porque estos conductores tienen claro que los logros son en
distinto tiempo una realidad de todos cuando se postulan posibilidades y es el único
camino de que la idea de comunidad de todo para todos se exprese en lo concreto.
Son sus manos como la del Diego las que cachetean la soberbia
de los ninguneadores para levantar a los Nadies con destino de gloria y cuando
esto se hace realidad, el pueblo empoderado hace tronar el más duro de los
escarmientos, sin sangre en sus manos se transforma en soberano de su tierra y
su destino, lo demás no importa nada!!!
Susana De Luca.
La mano de Dios.
Tema de Rodrigo Bueno.



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