Mujer trabajadora, hecha braza en la lucha de los tiempos.
Esencia fiel de la tierra que se abre toda fruto, toda
fuerza para sustentarnos y que feroz hace temblar estructuras milenarias.
El Día Internacional de la Mujer no es un homenaje al
relamido estereotipo que el patriarcado dibujó sino el acto de honor a las
compañeras trabajadoras a quienes el cruel y feroz capital robó sus vidas.
Tantas décadas después las mujeres trabajadoras, luchadoras
inagotables, seguimos tomando las calles, reclamando derechos e igualdades.
El derecho a ser soberanas de sí mismas, a arrebatar de las
garras patriarcales la potestad de la existencia tantas veces negada.
Soberanas, fuertes, decididas, la esencia femenina misma que
no es la pretendida paz del ser domesticado.
Mujer guerrera sin mohines ni remilgos. Fuerte antes que
nada y libre por sobre todo.
Vivas nos queremos.
Fuertes nos sabemos.
Soberanas nos parimos en el fuego de la lucha.


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