Hay planetas que retrogradan, es decir, retroceden en su
órbita hasta un punto, para luego volver a su trayecto directo, es decir hacia
adelante.
Existe, dentro de las filosofías herméticas, un principio
que dice “como es arriba, es abajo”.
Parece ser, que así como algunos planetas retrogradan en su
viaje cósmico, hay sociedades que retrogradan en sus pasares históricos.
Nuestra sociedad, por ejemplo.
En los doce años que precedieron a estos dos últimos, esa
cantidad de libertades y derechos, individuales y colectivos, fue creciendo.
Nuevas conquistas y formas de pensar que nos transformaron en modelo para
muchos países.
Pero, cual planeta en su carrera, de golpe todo se detuvo y,
en ese momento, en diciembre de 2015 comenzamos a retrogradar. En el inicio fue
lento… quito un derecho por aquí, disuelvo u organismo del estado por allá.
Muchos veíamos el tsunami en las costas, pero como a Casandra, nadie nos creyó
la advertencia.
Día a día fuimos caminando en pasado remoto, ojo, ellos lo
advirtieron, cuando en el festejo, la gobernadora de buenos aires dijo
“cambiamos futuro por pasado”, develando la intensión con la que llegaban.
Ahora retrogradaos a velocidades incalculables.
Y para garantizar que la retrogradación ocurra, recurren a
los más acérrimos defensores de un conservadurismo patriarcal y economicista,
en el que los demás humanos somos engranajes, piecitas intercambiables de un
armado con el que el sádico niño rico juega para desahogar sus frustraciones y
transformarse en el ejecutor modelo de los deseos de sus dueños.
Entonces se disparan discusiones en las que, por ejemplo,
son señalados nuestros hermanos de la Patria Grande, como oportunistas que
viene a usar nuestro sistema de salud o a servirse de nuestras cuestiones
académicas. Ahora resulta que la culpa es de los inmigrantes, como en la
segunda guerra, como en la Europa de hiperderecha y sale un personajucho
ridículamente estereotipado, miembro de la alta sociedad salteña, explotador de
peones y menores, a decirlo a las 10 de
la mañana.
Y esto aparece porque no les funcionó el recurso de la
“legalización del aborto” porque cuando notaron que gran parte de la sociedad
comprende esa discusión como una cuestión de salud pública y derechos civiles
se echaron para atrás.
Recordemos, también, que esa discusión se retomó para tapar
los cierres de escuelas y hospitales, los despidos del estado, las pymes que
cierran, la inflación que sube, el dólar que se dispara y la, cada vez más
notoria, certeza de que está todo planeado.
Que o se equivocan que calculan cada cosa y que su ejecución
es grosera para que pase por ”un error” o “impericia” y no por lo que es en
realidad, la clara determinación de destruir.
Nos queda exponerlos, organizarnos y no dar respiro.
Es nuestra lucha por no volver a ser colonia.
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