martes, 27 de mayo de 2014

SIN PUEBLO NO HAY REVOLUCION.

Recuperación identitaria.


 Por Susana De Luca

Desde la colonización hasta acá, el pueblo Latinoamericano aprendió algo, “el invasor se apodera robando, desde la violencia, y la recuperación se hace por “la fuerza””. La dialéctica queda establecida no por el invadido sino por el invasor. Nuestro pueblo es víctima, desde siempre, de violencia, en la posesión de las vidas, al cosificarnos, en el acaparamiento de los territorios y riquezas, violencia para desmemoriarnos de nuestras tradiciones y fe, poniéndolas en el lugar de barbarie. Violencia en aculturizarnos, en la idea de que nuestro arte es inferior y la violencia mayor cuando nos muestran como los violentos, demonizando la lucha al defendernos de su violencia.
Esto es histórico se reitera a través del planeta y de los tiempos, en todas las culturas que siendo parte de un territorio con riquezas, termina siendo esclavo de un explotador, y por este motivo también pierde lo que lo identifica, sus valores, el ser mismo.
Nuestras comunidades eran formando parte de la naturaleza, en comunión con ella y su comunidad, es por esto que para nuestro pueblo el vínculo con su comunidad sea parte de su identidad, es la ideología más profunda, la pertenencia. Y es por esto que la trascendencia de los festejos populares, siendo la combinación de dos fuerzas tan movilizadoras, como la reunión del pueblo y el mantener vivas las tradiciones, los recuerdos, Su ancestralidad.
Rememorar, las luchas y las victorias, recordar a sus héroes. Tener presente en esa unión humana, las razones de la lucha que significo su presente.
En nuestro país los apropiadores, poseyeron los mejores territorios, y de ellos nos corrieron “Con la espada, con la pluma y la palabra”, imponiendo normas que nos barbarizaban, para ellos tomar el lugar de cultores, y desde estas perdernos del rumbo de pueblo libres, para marginalizarnos en el de individuos semicoloniales.
Por esto es tan importante el pasado 25 de Mayo, porque los verdaderos “Dueños” recuperaron su lugar, por encima de la limpiante ideología oligárquica, de plazas vacías, de pasares, de reuniones individuales y sin pasión. De esa Cuidad prolija y culta a la europea, elitista y subhumana.
Y a esa historia, que nos hicieron creer de una antigua época de Mayo, señores con paraguas y señoras de grandes peinetones seguidas por sus negras, mostrando a los ocupas como promotores de una revolución en la que nada tenían que ver, y haciendo a un lado, cuando no, al pueblo y sus voceros, los verdaderos próceres, los olvidados, los ninguneados; pueblo y próceres en la misma forma marginalizados de una historia y con ella en el olvido. En ese olvido tirano que come vidas en el transcurso del tiempo, las vidas de los originaros que masacro Roca, las vidas de todos los que lucharon en tantas guerras por mantener vivo el recuerdo de la Patria Grande “Nuestra ancestral Abiayala”.
Y es esta lucha la que revive, la que le da sentido a la identidad, en esa comunión del pueblo con la vida, desde su pasión multitudinaria, porque este 25 la plaza fue “tomada” por un festejo eterno, glorioso sin tiempo y de todos los tiempos, de muertos por la convicción del ideal, como lo fueron los asesinados, en ese genocidio que de manos de sus milicias concreto la oligarquía, en aquel 16 de julio del 55. Para dejar bien en claro de quienes era el poder, ese que se impone “a los tiros, con el estruendo de las botas” por eso no tenemos que olvidar, mucho menos minimizar, porque es esta plaza la mejor relatora de lo que significo reconquistarla, siempre fue la reina que nos quisieron “jaquear”, desarraigando a su dueño natural de su lugar de encuentro, donde reclamar, donde festejar.
Y aun, los que al grito de “Alpargatas si, libros no”, toman la plaza para poner límites a los intelectuales cipayos. Es ese pueblo que se defiende en la plaza, gestando y generando revoluciones y apoderándose de sus derechos, los que los dignifican.
Como ha dicho John William Cooke “esta frase solo puede ofender a intelectuales que escriben libros que valen menos que una alpargata. Esta frase tan chocante tanto para troskos como Liberales (suelen pensar igual bastante seguido) se refiere a los intelectuales que escriben de espaldas al pueblo, esos letrados apátridas que ponen su pluma al servicio de los capitales extranjeros o en su defecto al de los cipayos que juegan siempre mirando a Europa. “Alpargatas si Libros no” significa un rotundo si a la educación pública, significa que si mi padre no pudo acceder a la educación universitaria yo si podré hacerlo porque el modelo de país que defendemos va en ese sentido, igualdad y equidad, policlasista sí, pero con oportunidades para todos, comprendiendo la real idiosincrasia del ser Argentino y sin consignas importadas típicas de los trozkos colonizados”. 
Como no va a ser tan sentido el festejo, como no  nos vamos a sentir representados en esa masa multitudinaria que festeja sus luchas, siempre fue un gran “sacrificio” que el pueblo llegue hasta su corazón, a esa plaza usurpada por nuestro tirano, y adueñada para su deleite mezquino, porque el pueblo no se olvida que pago con la sangre desde los tiempos históricos de Mendoza en su fundación de “Santa María de los Buenos Aires” y el lugar que le dejo a nuestro pueblo, un pueblo que desde su raíz filosófica de vida fue humano con los conquistadores y ellos fiel a la suya los exterminaron, desde allí la sangre fue el precio que pago el pueblo por la recuperación de la plaza, por ese lugar tan necesario para la comunidad, por eso la gran emoción que se manifiesta cuando este pueblo la hace suya, la posee como a una hembra, y apasionados se disfrutan, se gozan en una interminable lluvia de fuegos.
  

2014.


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