jueves, 2 de junio de 2016

De Jesuses y Milagro

Por Susana De Luca

Recorriendo la historia, desde el momento que el imperio comenzó su arraigo, podemos ver siempre la misma estrategia a saber: un pueblo invadido, con su cultura menospreciada, barbarizada incluso hasta demonizada. En los relatos históricos  y desde este mismo origen podemos apreciar cual es el lugar que le dejan o les permiten a quienes fueron los libertadores de esta invasión dominadora, esclavizante y expoliadora. Y en el profundo sustrato al que no nos permiten llegar, el que no nos dejan ver, siempre el pueblo generando héroes y victimas…esos, los que el poder, encegueciendo la memoria quieren dejar en el olvido.
Los relatos de la historia difundida están sujetos, prisioneros y solo según las necesidades del poder, los manifiesta. Como lo expresa Michael Foucault en “Genealogía del racismo”, cuando habla de la cultura del conocimiento cientificista, como carcelera de las culturas y saberes locales. La cultura de las élites dominantes, contra la cultura de la de los dominados, y que subyace en los calabozos más profundos, en los estratos más olvidados. Pues allí están muy vivos todos aquellos que lucharon  contra esta tiranía.
“…cuando hablo de saberes sujetos entiendo toda una serie de saberes que habían sido descalificados como no competentes o insuficientemente elaborados: saberes ingenuos, jerárquicamente inferiores, por debajo del nivel de conocimiento o cientificidad requerido. Y la crítica se efectuó a través de la reaparición de estos saberes bajos, no calificados o hasta descalificados”. Esta es la postura que acepta al Jesús, que solo repartió panes, haciendo funcional la caridad, no al maestro que revolucionariamente despertaba la capacidad del pueblo de levantarse contra el tirano que los dejaba en la miseria. Es por esto que dentro de su mismo pueblo los cipayos colonizados por el imperio lo entregaron al sacrificio. Mucho tiempo después ya en nuestras tierras el poder toma nuevamente dimensión de asesino, diezmando, no solo de Naciones Originarias completas, su cultura incluso, sus alimentos. Todo esto nos lo enseñan, y muchos todavía lo festejan, dando la bienvenida a la colonización civilizadora!!!! . Lo que esta prisionero en estos saberes, es que tal conquista solo fue para enriquecer la corona española que nada nos compartió, solo el menosprecio, la marginación y las pestes que traían puesta. Su cultura solo fue cultora de la marginación  que marco la grieta entre los intelectuales y el pueblo, una grieta que devora continuamente la sangre de los verdaderos dueños de la tierra, los que originariamente nacieron en ella y los que trabajando, la hacían fértil y dadora de vida, una vida que se supone por una cuestión de justicia tendría que alimentar y dar cobijo a quienes en ella viven. Pero no fue así el imperio crece y se empodera con otra filosofía, la de explotar y expoliar, no la de compartir y fue aquí cuando el poder se puso la corona inglesa, y lo español paso a ser denigrado, envilecido. Y los mecanismos de explotación y rentabilidad más extremos.
El esclavo de antes, el trabajador de hoy son el mismo arquetipo pero ajustado a las necesidades de rentabilidad del mercado, será igualmente explotado pero él se encargara de sus gastos básicos haciéndolo una pieza más en la economía del consumo y las ganancias.
Hablábamos entonces de la historia y de nuestros héroes sepultados por la funcionalidad, y recuerdo el relato de nuestra lucha emancipadora, la referencia que se hace de un Belgrano venido de Europa, al igual que Moreno, San Martin y como no Bolívar, todos ellos con los corazones enardecidos de la pasión despertada por esos revolucionarios eruditos de la civilizadas metrópolis, que necesitaban liberar a los campesinos para explotarlos en la industria naciente. Pero no se menciona con el mismo énfasis la chispa libertadora que encendieron y aún más profundamente en ellos la gesta del 14 de Marzo de 1781, gesta encabezada por el caudillo Altoperuano  Julián Apaza ( más conocido como Túpac Catari, Túpaj Katari)  y Bartolina Sisa, virreina y comandante de los ejércitos rebeldes a la corona Española en América (el día 5 de septiembre de 1983, el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América reunido en Tihuanacu (Bolivia) instituyó el Día Internacional de la Mujer Indígena, en honor de la heroína Bartolina Sisa, valerosa y aguerrida mujer indígena aimara, quien por haberse opuesto a la dominación y la opresión de los conquistadores españoles, fuera brutalmente asesinada y descuartizada el 5 de septiembre de 1782). La diferencia de esto, el saber sujeto, nada más ni nada menos que poner en las mazmorras más oscuras y lejanas la filosofía de nuestros ancestros, esa forma de vida que engrandeció a la Nación Inca y que nunca pudo ser encerrada en el corset denigrante  de  la organización feudo burguesa, que tenía Europa, el Suma Qamaña (en aymara «Vivir Bien») está basado en la vivencia de nuestros pueblos, un Vivir Bien que significa vivir en comunidad, en hermandad, y especialmente en complementariedad, es decir compartir y no competir, vivir en armonía entre las personas y como parte de la naturaleza.
“El Suma Qamaña está reñido con el lujo, la opulencia y el derroche, está reñido con el consumismo. No es lo mismo que el vivir mejor, el vivir mejor que el otro, a costa del otro. No se busca, no se quiere que nadie viva mejor. Esta filosofía de vida se basa en que todos vivan bien. Por otra parte, para vivir mejor se enseña a competir, por ejemplo, para ser el mejor alumno del colegio, para vender más, ganar más plata, buscar más lujo a costa de los demás. Robar, atentar contra la naturaleza, mentir, no es Suma Qamaña. Eso posible-mente nos permita vivir mejor, pero no es Suma Qamaña, ya que para el vivir mejor, frente al prójimo, es necesario explotar, se produce una profunda competencia, se concentra la riqueza en pocas manos”.
Suma Qamaña es basarse en el Ama Sua, Ama Llulla y Ama Qhella, no robarás, no seas flojo, no seas mentiroso, jan k’arimti, jan lunthatampi, jan jairampi, que son sus códigos principales recogidos también por la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia, el Altoperu de nuestra historia, de esa historia que entre otros desaparecieron….
La otra razón dejarnos sin arquetipos revolucionarios propios de nuestra América, solo con los de familias patricias mestizas, esos que enseñados por los revolucionarios metropolitanos y solo por esto nos dieron la independencia…
Nuestras raíces se secan si no están vivas y ellas son el arraigo a nuestra tierra, debemos recuperarlas darles vida con la memoria, hacerlas nuestras. Los sucesos del relato colonizado nos deja en el vacío existencial de no tener lideres capaces de expresar nuestra identidad más ancestral, este marco conceptual nos esclaviza en la idea donde siempre de afuera llega la solución. Y lo más triste es que este afuera tiene un vínculo demasiado tanático para que nos libere, solo nos sacrifica, es por este motivo que al entrar al lugar de fe que nos legaron (permitieron) lo primero que vemos sea un sacrificado… ese que también lucho contra la tiranía de un imperio que empezaba su derrotero globalizante, esclavizando pueblos.
En el presente los Jesuses no son despedazados por lanzas romanas, son despedazados por corporaciones mediáticas que defienden solo sus intereses vendiéndose como los fariseos al mejor postor (Mega corporaciones, por fuera de la leyes y los Estados), y al ser destrozados quienes reivindican el sentido de dignidad, con ellos vuelven al olvido los arquetipos de estos revolucionarios que trascienden los siglos en espera de esa soñada revolución, ya que el abuso al pueblo es históricamente el mismo.
No hacen tantos meses nuestra  Abyayala encontró el camino del renacimiento de este cambio y en ese tiempo y nacido por el mismo abuso al pueblo trabajador, empezó a gestarse el Milagro, el de una organización barrial que trascendería, por la misma necesidad y lucha, los límites de su barrio para proyectarse hacia un destino nacional. Nuevamente el neoliberalismo plantea la misma estrategia, la marginación, el desprestigio, la persecución, sembrar el odio y la condena por parte de un Estado terrorista que responde y solo beneficia a los explotadores.
Necesitamos nuestra historia, necesitamos sacar de las mazmorras nuestros saberes cautivos para que la identidad nos enraíce en la tierra que nos da vida. Recuperemos la memoria más profunda que nos hace dueños, empoderados y no esclavos colonos con la violencia nacida de la individualidad y ahogada por el miedo a decir basta!!!.
Para dejar de ser los “Nadies” de Galeano, que aguardan esperanzados esa lluviecita que el capitalismo nos roba a trapazos….

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