martes, 30 de mayo de 2017

500

Por Guadalupe Podestá Cordero

Vivimos en un panorama social en el que una mujer puede estar detenida por capricho de un gobernador 500 días.

El gobernador en cuestión, no la priva de su libertad por comisión de delitos, por sospechas de fuga o porque pueda influir en la resolución de la causa, lo hace por venganza, por capricho, por rencor.

Un señor que arma un tribunal a su medida, con parientes y amigos, un tribunal que más que tribunal, parece un grupo de acólitos, obrando contra las resoluciones de la ONU, la CIDH y demás. Un tipo vil y vano que roba libertades a los que ven por el bien popular, es parte, ese gobernador, de la monstruosa máquina devoradora de pueblos.

Ese gobernador, que ni siquiera nació en la provincia a la que oprime –y que si fuera nativo no tendría más derecho a la opresión que ahora- hace 500 días tiene privada de su libertad, padeciendo torturas y vejaciones a Milagro Sala y cinco compañeras más.

Ese es el que persigue, hostiga y presiona a los jujeños para que declaren contra ella, el que obliga a mentir mientras aterroriza con su poder estatal, con la misma impunidad con la que emborrachaba a los que estaban en situación de calle o pobreza extrema para que se afilien a su partido.
Milagro lo denunció muchas veces a lo largo de estos años.

Ese hombrezuelo, pequeño y sombrío, corto de luces y amor al pueblo, retiene a quien construyó comunidades, retiene entre rejas a la mujer que se atrevió a dar autoestima en las escuelas de sus barrios, a la que pensó un balneario comparable a los de los ricos para los pobres, pensando realmente en igualar oportunidades.

La detesta porque ella representa la igualdad y la justicia.

La detesta por mujer y por colla.

La detesta por morocha.

La detesta porque pertenece al pueblo, ese pueblo que a él le da fobia tocar, ese pueblo que quiere exterminar, como querían los blancos el exterminio en la medialuna fértil de Bolivia cuando quisieron derrocar a Evo.

El clamor de todos los que luchan en favor del bien popular, en todo el mundo, exige la libertad de Milagro.

Porque ella es una verdadera presa política, porque su caso no puede compararse –cómo quiere el establishment mediático- con el de Leopoldo López, porque este último atentó contra la población venezolana causando decenas de muertes en las guarimbas. No, no pueden compararse, porque Milagro quería y quiere una vida mejor para esos pobres a los que López no defendería porque no los considera persona.

Hoy se cumplen 500 días de felonía y maldad contra una persona, contra una mujer luchadora que abrió camino en la historia para que cada uno de los jujeños pudiera pensar que tenía derecho a una vida digna, con trabajo y educación.

500 días en los que se combate a la Tupac con la misma saña con la que durante 5000 años se negó la sangre originaria nuestroamericana. 500 años de insultos, tortura y muertes reversionados en 500 días de prisión, tortura, persecución y mentiras.

Hace 500 días el poder económico, de la mano del reyezuelo Morales, ser de poca monta y poco vuelo, encarceló al espíritu luchador expresión viva de la Pachamama. Eso se llama rencor, revanchismo, venganza…



Una venganza que marcará el nombre de Morales con el oprobio y la condena popular, y las generaciones venideras de su mala simiente cargarán con la vergüenza propia de los mínimos seres sombríos que contaminan los oscuros rincones de la inmoralidad.

1 comentario:

  1. Excelente, no puedo sino compartir tus palabras! Gracias por escribir lo que la mayoría sentimos!

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